Hoy en AYUDA3 queremos homenajear a las mujeres que sacrifican sus vidas para facilitársela a los demás, a las cuidadoras.
Y es que, hablar de dependencia es hablar en femenino; puesto que, si bien es cierto que cada vez hay más hombres que adoptan el rol de cuidador principal de su esposa, madre, padre... no hay que olvidar que estos casos son minoritarios y que casi siempre hablamos de cuidadoras. Y, ¡no sólo eso!, también hay muchas más mujeres en esta situación de falta de autonomía que hombres.
En general, en nuestra sociedad todavía mantenemos ciertos atavismos. La mujer (y no el hombre) se siente en la obligación y en la responsabilidad moral de hacerse cargo de la persona que pierde su autonomía. Una tradición injusta que todavía sigue entre nosotros como comprobamos cada día en nuestra tienda AYUDA3.
Aprovechando la celebración de la efemérides del día de la Mujer Trabajadora, en AYUDA3 queremos hacer más visibles a esas mujeres que se dedican a cuidar y a acompañar a familiares que no pueden hacer las actividades de la vida diaria por sí mismos.
Este duro oficio, al que hay que dedicar veinticuatro horas al día, y que se tiene que combinar con otras muchas tareas como el cuidado de los hijos, o el gobierno del hogar, vida profesional... genera en estas mujeres unos niveles de estrés, insomnio y desgaste emocional que no todo el mundo sería capaz de soportar. Por si fuera poco, muchas veces la cuidadora se encuentra con conflictos familiares generados a raíz de esa situación de cuidados en la que se haya inmersa.
Ni que decir tiene que las cuidadoras tiene poco tiempo para ellas, para su ocio o para su desarrollo profesional. A veces, abandonan incluso el tiempo dedicado a comunicarse con otras personas, llegando a una situación de aislamiento social, caldo de cultivo de estados depresivos y de otros cuadros clínicos.
¿Te habías parado a pensar en qué situación se encuentran las cuidadoras informales?
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